
El SEÑOR es mi pastor;
nada me faltará.
En prados de tiernos pastos
me hace descansar.
Junto a aguas tranquilas me conduce.
(Salmo 23:1-2)
Este Salmo de David nos ofrece una imagen interesante de Dios como Pastor de su pueblo. En esta metáfora o comparación, el Señor no solo cuida del sustento, da provisión y socorre, sino que también guía y conduce su rebaño por el mejor camino.
Ese cuidado lleno de gracia de Dios es el que pueden disfrutar diariamente todos sus hijos si confían en él como Señor. Dios no abandona a sus hijos en los tiempos difíciles, así como un pastor bondadoso no deja a sus ovejas desamparadas, perdidas, con sed o con hambre. ¡Jesucristo es nuestro Buen Pastor! Él dio su vida por nosotros, y con certeza también suplirá todas nuestras otras necesidades.
Sigue al Buen Pastor y confía en él
Cree en Jesús como tu guía y proveedor supremo. Todo lo demás (tus fuerzas, tu voluntad, tu empleo, tu situación financiera, etc) es secundario.
Dirígete solo adonde Dios te guíe.
Ora cuando no tengas claridad de dirección, Cristo te orientará.
Lee los siguientes textos bíblicos relacionados y medita en el cuidado del Señor:
Buen Pastor (Juan 10:11-16)
Dios - Pastor (Isaías 40:11, Hebreos 13:20, Apocalipsis 7:17)
Pueblo - ovejas (1 Pedro 2:25)
Dios sustenta (Filipenses 4:19)
Para orar:
Señor mi Dios, tú eres mi Buen Pastor, por eso creo que nada me faltará. Guía mi vida por tus caminos y no permitas que mis pies se alejen de la dirección correcta. Ayúdame a comprender las orientaciones de tu Palabra y a permanecer siendo oveja, unida a tu gran rebaño. En el nombre de Jesús oro y te agradezco. Amén.
Comentários